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La transexualidad es un estado definido por una marcada incongruencia entre el sexo biológico, con el que se nace, y el que uno siente o expresa, con el cual la persona se identifica.
Es decir el que nace como hombre, con características sexuales masculinas pero se siente mujer, o la persona que nace con características sexuales femeninas pero se siente hombre.
Algunas manifestaciones que tienen las personas que presentan la disforia de género de acuerdo a la Asociación de Psiquiatría Americana y publicado en su Manual Diagnóstico y Estadístico en su versión número 5 son:
1. Una marcada incongruencia entre el sexo que siente o expresa y sus caracteres sexuales primarios o secundarios.
2. Un fuerte deseo por desprenderse de los caracteres sexuales primarios o secundarios que corresponde a su sexo biológico.
3. Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, correspondientes al sexo opuesto.
4. Un fuerte deseo de ser del otro sexo.
5. Un fuerte deseo de ser tratado como del otro sexo.
6. Una fuerte convicción de que tiene los sentimientos y reacciones típicas del otro sexo.
Esta discordancia entre el sexo determinado biológicamente y el sexo deseado provoca un malestar importante y afectan de manera significativa la vida de la persona.
Se estima que el 0,6% de la población en los Estados Unidos presenta esta condición. Es algo que se empieza a manifestar en la infancia y de hecho existen criterios para precisar la disforia de género a esas edades.
Su infancia y adolescencia suele estar acompañada de acoso escolar y con frecuencia son víctimas de burlas. La edad adulta viene de la mano con la discriminación. El rechazo de los familiares y compañeros puede afectarlos.
La adolescencia es una etapa particularmente difícil por el rechazo que sienten a los cambios físicos inducidos por las hormonas durante la pubertad. Por esta y otras razones es frecuente que presenten problemas psicológicos. Tienen más riesgo de sufrir de ansiedad, depresión, consumo de algunas sustancias y presentar conductas suicidas.
Existen controversias en cómo actuar ante estas circunstancias. No hay una única solución, algunos avanzan en sus procesos de conversión o cambio sexual.
Lo más recomendable es recibir la ayuda y acompañamiento psicológico, para aprender a manejar las dificultades y retos que significa para la persona transexual y su familia. Recién están ocurriendo los cambios sociales de aceptación y tolerancia, lo que probablemente mejorará el contexto con el que tienen que lidiar. (iM-rrc)